viernes, 18 de noviembre de 2022

La posibilidad en la desigualdad

 


De niña siempre escuché la frase: “hay que estudiar para ser alguien en la vida”, pero desde siempre entendí,  que somos alguien y que tenemos la obligación y sobre todo la oportunidad de estudiar gracias a la educación pública. Educación pública que generaciones anteriores no han tenido,  y que hoy debe brindar igualdad de derechos y posibilidades a todos los niños y jóvenes de nuestro país. 

Como nos dice la profesora e investigadora Inés Dussel “ la escuela brinda igualdad de derecho a la educación, contención y acompañamiento” , y a pesar de que hay incontables niños y jóvenes atrapados en el destino de su condición social, el docente y escritor Axel Rivas nos dice que “no hay destino fijo en las aulas”.  

En la escuela encontramos no sólo una forma de organización, sino una manera de sociabilizar, de compartir con pares y como lo fue en el caso de Rosa del Río, hija de inmigrantes, que vivió en una familia pobre y en la cual aquellos elementos de la cultura de origen de los padres estaban asociados a la penuria, al choque inmigratorio y a los esfuerzos para adaptarse exitosamente a las costumbres locales, la escuela pública de ese entonces,  era quien llenaba un vacío simbólico proporcionando todos los elementos culturales valorables.

Hoy en nuestro país conviven distintas realidades sociales, y ya no resulta tan obvio que lo que tiene lugar en la escuela es el aprendizaje, que por una parte es el conocimiento, las habilidades y la sociabilización de los niños y jóvenes en la cultura de una sociedad, sino que la escuela, como institución política, tiene además la misión de no caer en la mutilación discursiva y por el contrario, ser refugio y esperanza para los públicos cautivos de los que habla el profesor Prieto Castillo. 

Debemos seguir por el camino de la construcción de lo público en materia educativa y defender la función democratizadora e igualitaria de la escuela pública para dar así posibilidades ante las desigualdades sociales. 

 



ENSEÑAR CON (Y A TRAVES) DE LA TECNOLOGIA

 Actualmente vivimos en una sociedad en la cual los cambios tecnológicos y las formas de experiencia social se modifican día a día. La realidad cambia continuamente y como la escuela no es una institución ajena a ella, se modifica también a pasos agigantados. Son nuevas las problemáticas que hoy por hoy sufre la escuela y un docente debe ser consciente de ellas para poder tratarlas. Las tecnologías de la información y la comunicación han invadido absolutamente todas las actividades del hombre actual, modificando sustancialmente nuestra cosmovisión. Entonces, la tecnología es una problemática vista desde la educación?

La pedagoga Inés Dussel en “La batalla cultural” plantea que a partir de la pandemia  la sociedad cambió de opinión sobre la educación en formato digital, y que el modo principal de educación tiene que ser de forma presencial, ya que el rol del docente en las aulas no lo pueden superar las tecnologías. Nos dice que las plataformas digitales no son una primera opción y que los docentes son irreemplazables. Que más aún en niveles como inicial y primario, la presencialidad es de suma importancia para la formación de los alumnos. Tanto infancias como adolescencias necesitan de este espacio alternativo que brinda la escuela para aprender a ver las cosas desde otro lugar. Es por esto que dice Dussel que la escuela se reafirma como institución. Incluso el Doctor en Ciencias sociales, Axel Rivas en “Revivir las aulas” plantea que la cuarta revolución educativa es la de la revolución digital donde el Estado debe aprovechar los recursos nuevos que genera la tecnología digital. En este caso la pandemia lo puso un poco en juego, pero las posibilidades de extender, ramificar y diversificar la educación a partir de la tecnología son una gran oportunidad que debe ser aprovechada por las políticas públicas, no es una cuestión ajena. 

El autor Prieto Castillo menciona que el universo digital ha liberado a la información y el conocimiento de sus soportes físicos tradicionales. Este fenómeno ha propiciado el surgimiento de internet y ha multiplicado la interacción de las personas de forma virtual, ofreciéndonos mayor autonomía y opciones de personalización de la búsqueda de información. Ante tal sobreabundancia de contenidos, las personas deben saber qué quieren aprender, cómo, con quién y para qué. Por eso es que cobra gran importancia la Comunicación en la educación hoy en día, porque se debe enseñar a usarlas.
Pero también podemos observar en “La maquina cultural” de Beatriz Sarlo, que tiene como protagonista a Rosa del Rio donde pone en evidencia un contexto totalmente diferente al que vivimos hoy. En sus relatos cuenta cómo era la enseñanza hace varios años atrás donde no existían los medios tecnológicos como contamos en la actualidad; en la que para obtener información lo hacían a través de relatos de sus padres y maestros, o en escasas oportunidades de un libro. Estas posturas nos hacen dar cuenta de que son dos contextos y realidades diferentes, pero también nos invita a pensar y reflexionar acerca de ¿Cómo imaginamos una pandemia mundial en la época de Rosa del Rio? ¿Cómo garantizarían la educación a todos los alumnos? Actualmente, ¿Le estamos dando “buen uso” a la tecnología? ¿Crees que la tecnología aumenta la brecha entre los distintos sectores sociales? ¿Cómo garantizarías que TODOS tengan acceso a la tecnología? Cómo docentes y formadores tenemos que plantearnos estos interrogantes ya que es obligatorio brindar herramientas a los estudiantes para que puedan usar la tecnología desde una postura crítica.

BIBLIOGRAFÍA:

- Dussel, I. "La batalla cultural". La eudcacion siempre es política - podcast.

- Rivas, A. "Revivir las aulas".

- Prieto Castillo. "La escuela y los medios"

- Sarlo, B. "La máquina cultural"

     




EL QUE DIRÁN Y LAS DECISIONES DEL SISTEMA EDUCATIVO

Hace un par de años, mientras estaba por terminar mi paso por la secundaria, me encontraba en una complicada situación, que creo que todos o la gran mayoría pasó por lo mismo; test vocacionales, charlas, análisis del FODA, no sabía que seguir estudiando.


Dudé mucho tiempo que quería hacer, me llevó un año pensar y ponerme de acuerdo con mi cabeza. Estaba segura de que quería desafíos, pero no se si estaba preparada para ser testigo de la realidad desde otra perspectiva. Ingresé al Profesorado de Educación Especial. Sentí que como a Rosa del Río, se me abrió un nuevo mundo. Fueron las docentes las que lo abrieron, mostrando siempre la realidad, para entender TODO, desde los estudiantes y quienes intervienen en el ámbito educativo, y a los que no tanto.


Porque uno desde afuera se queja. Pone en tela de juicio el conocimiento de los docentes, juzga a la educación, se queja de los paros, y hasta de los contenidos. 

Recuerdo la revolución que se armó en mi pueblo cuando se empezó a dar Educación Sexual Integral en las escuelas. Al menos en la mía, no hubo padre que no se haya quejado. 


No me puedo olvidar de las clases, bueno… “charlas”, que nos daba algún docente, siempre muy por arriba, ¿quién iba a querer dar un contenido que sabía que iba a provocar una lluvia de quejas interminables de los padres?

Hoy por hoy, si que se puede decir que hemos derribado algún que otro TABÚ. Es indiscutible, la ESI es un derecho de todos y todas, niños, niñas, adolescentes y jóvenes.

Pero también es verdad, que podemos encontrarnos con gente que proclama “CON MIS HIJOS NO TE METAS”. Detrás de un discurso que acusa a los docentes de querer “pervertir” a los y las alumnos/as.


Familias sanjuaninas se reúnen para expresarse en contra de la Educación Sexual en las escuelas. “La educación sexual de los hijos la tenemos que brindar los padres, en todo caso nos podrían instruir a nosotros y nosotros decidir si es correcto o no, si es el momento o no para darles esta información a nuestros hijos”

También tengo muy presente cuando se empezaron a utilizar las tecnologías. Los dichos, las críticas. Que las docentes iban a perder el trabajo, siendo reemplazados por una máquina (que claro está, la pandemia dejó a la vista de todos que el docente es irremplazable, su rol más aún en los niveles inicial y primario, es de suma importancia para la formación de los alumnos), que los niños iban a involucionar, frenando la práctica educativa.


Al decir verdad, creo que se ha encontrado el momento justo para la búsqueda de estrategias que impulsen la riqueza de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Fomentando el trabajo colaborativo, con impulsos desde el Estado como “CONECTAR IGUALDAD”. Se puede pensar una propuesta distinta de usar la tecnología, si se sostiene desde una pedagogía que abre caminos a la participación, a la producción, al trabajo colectivo, etc. Se deben generar espacios en donde los alumnos, en este caso, se sientan libres de expresarse, hacerlos más participativos, y darles lugar de poner en palabras sus críticas y sus opiniones.


Analía Cubino, Ministra de Educación de Tierra del Fuego, destacó que “enviar esta herramienta a todos nuestros estudiantes en sus primeros tres años del secundario es reconocer un derecho tan importante como el del acceso a una mejor educación”.


Volviendo a aquella reflexión de Rosa del Río, y a aquellos docentes que nos abrieron un nuevo mundo, debo decir que en estos dos años de formación docente, no escuché a ninguno decir que no nos animemos a lo nuevo. Todos nos impulsan a crear desde las tecnologías, a explotar y aprovechar las diversidades, a romper con la desigualdad. Que no nos quedemos con esa planificación vieja, la de siempre, bien estructurada. Entender que un mismo contenido puede darse de infinitas maneras. Y que no se trata de que los alumnos copien y peguen en sus carpetas los conceptos.


Tomando el ejemplo de las TIC, un estudio revela que quienes están entre los cinco países con la mejor educación, impulsada en gran parte por la tecnología, son Corea del Sur y Finlandia. Este último, tiene una gran aspiración por la igualdad, que brota del Estado y de los individuos. No hay distinción entre barrios, no hay riqueza ni pobreza que sobresalgan.

Es uno de los países pioneros en adaptarse a las nuevas necesidades de la sociedad del conocimiento, y uno de sus objetivos es ser ejemplo en el uso de las TIC para el mundo. 


Y creo que deberíamos tomarlo como tal. Seguir avanzando, y derribando tabúes. Romper con las desigualdades. Aspirar a innovar todo el tiempo. Brindar capacitaciones constantes a los docentes. Fortalecer la estimulación y atención temprana. Empeñarse en ofrecer estrategias usando las TIC. Abordando todo tipo de contenido, considerando los derechos de los estudiantes. 











































Bibliografía:


La educación y sus cambios

 Hemos tomado conciencia de que los últimos años fueron un poco problemáticos para la educación. 

Durante dos años vivimos situaciones inesperadas como lo fue la pandemia y el aislamiento obligatorio, que nos transformó a todos, pero sobre todo a la escuela.

Pero las preguntas fundamentales son:

 ¿Qué pasó con tantos alumnos?, ¿Se cumplieron sus derechos? ¿El Estado estuvo presente?

Pensar o reflexionar sobre el derecho a la educación conlleva a mirar a la escuela que conocemos, o que creíamos conocer. Pero ¿ Se puede hablar de la escuela como aquello que es único en su especie? 

¿Es la escuela única, recordando la nuestra? 

El señor Rivas, experto en pedagogía y Licenciado en comunicación, en su libro “Revivir las aulas”, específicamente en el capítulo I, habla de las 4 revoluciones que dieron fruto a las escuelas y a la educación.

La primera revolución fue la religiosa, donde los conocimientos que brindaban eran en base a la biblia y acá fue donde aparecieron las primeras aulas.  

La segunda revolución fue la estatal, la escuela comenzaba a estar en todas partes. En esta los niños estaban allí para cumplir lo que los grandes decían, era una infancia en donde los adultos tomaban las decisiones por ellos, un claro ejemplo es el libro de Beatriz Sarlo, en donde nombra a Rosa del Río, que se trataba de un padre que daba por hecho que su hija iba seguir los mismos pasos que el. En esta revolución la escuela es obligatoria, es donde se formaban individuos para el trabajo y como buenos ciudadanos, con el fin de que adoptaran la cultura.

La tercera revolución fue la cultural, donde la escuela comienza a crecer, donde ya se la comienza a ver como un derecho y no como obligación, comienza a verse como un lugar de refugio , en un mundo injusto y despiadado, un lugar de cuidado y protección, y con esto, no es el fin de la escuela, sino que el comienzo de una nueva etapa. 

Con esta mirada de los alumnos hacia la escuela, aparece un medio innovador, la televisión. En ese momento de la historia se vio a la televisión como una distracción, ya que quienes tenían acceso a ella, veían a la escuela aburrida.

La cuarta y última revolución que nombra Axel Rivas , es la revolución digital, donde la escuela se vuelve más “difícil”, porque aparece internet, que fue el que abrió un nuevo mundo. Pero sin esta revolución no se hubiera podido pensar en tener clases durante la pandemia, ya que lo hicimos a través de la virtualidad. 

Obviamente queda más que claro, que no todos pudimos acceder a ellas , debido a la intensa desigualdad que existe en lo digital. 

Retrocediendo un  poco a la segunda revolución donde ponemos el ejemplo de Rosa del Río, Beatríz Sarlo, en su libro “La máquina cultural”, cuenta la vida de una joven, y comienza desde su niñez, hasta su adultez, y relata como está llegar a ser una importante directora de una escuela pública.

En el libro, nos lleva a ver como Rosa veía a la educación, ella pensaba que la educación era atrayente, porque adquirió saberes y valores que en su casa no podía adquirir. Ella era hija de

inmigrantes, por lo tanto, estos le negaban  a sus hijos la cultura que traían de su país de origen, por lo tanto, no le quedaba otra que adoptar los elementos culturales que le brindaba la escuela pública. 

En esos momentos, la docente era la encargada de transmitir todos los conocimientos que los niños tenían, ese era su único medio de comunicación, ya que como se vio en Rosa del Río, había familias que tenían poca comunicación entre ellas, y este caso nos muestra que esta familia no tenía la misma oportunidad que otras. 

Si prestamos un poco de atención, aquí podemos notar la desigualdad, que aún en la actualidad sigue vigente y sigue siendo el oponente de muchos y muchas.

En el libro ¿Cómo enfrentar la pobreza y la desigualdad? del autor Bernardo Kliksberg, cuenta que el sistema educativo es equitativo, ya que a los estudiantes más pudientes se 

les da la mejor educación posible, y a los estudiantes “pobres” los arrojan a escuelas públicas subfinanciadas por ellos.

No obstante, se tiene en cuenta que la educación es el único medio por el cual se puede cambiar a las generaciones futuras. 

El autor Prieto Castillo, quien marca la diferencia entre escuelas y medios, dice que la escuela tiene un público asegurado,  ya que los estudiantes asisten a las escuelas por obligación social, y que lo harán por la necesidad de obtener un título para poder sobrevivir en estos tiempos donde todos te dicen que, sin un título, no sos nadie. 

Lo plasmado en el escrito hasta el momento, nos hace volver a pensar en las preguntas del comienzo, ¿conocemos realmente a la escuela?, ¿fue la pandemia quien nos quitó la oportunidad?.

Seguimos luchando en contra de este sistema desigual, y nuestro deber como futuros educadores es seguir con esa lucha, todos somos iguales dentro del aula, debemos brindarles  las mejores posibilidades a los alumnos, debemos pensar simplemente en los niños con un futuro hacia delante.