viernes, 16 de julio de 2021




 Experiencias pedagógicas que transforman…



“Lo social demanda más que lo pedagógico…”

 

La escolaridad primaria responde a principios de organización que han permanecido estables a lo largo de más de un siglo y que nos permiten reconocer, en la actual escuela primaria, marcas de identidad que aprendimos en el curso de nuestra escolaridad en el nivel. Ahora bien, sin desmedro de esa organización común, existe una considerable diversidad en las escuelas primarias argentinas.  Para ser más exactas en las escuelas rurales. Una innegable heterogeneidad en las condiciones en que se desarrolla la experiencia escolar entre regiones del país, entre provincias de una misma región y dentro de cada jurisdicción, hace inadecuado considerar que sea posible hablar de la escuela primaria y del trabajo de enseñar en ellas, como una realidad única. En un mundo donde surgen otras formas de producción y transmisión de la cultura, se empieza a hablar de alfabetizaciones y de nuevas experiencias pedagógicas. 

  • En este breve ensayo queremos contar lo investigado sobre aquellas experiencias que dejan huellas imborrables en alumnos que aprenden en esta nueva era de las tecnologías y en aquellos docentes que tuvieron que prender la luz de alerta a las nuevas formas en las que se van imponiendo los nuevos saberes. 

Fabiana Gioia es docente y Directora de la Escuela Primaria N° 19 “Fray Justo Santa María de Oro'', ubicada en el paraje Coliqueo, Cuartel 11 de la ciudad de Chacabuco, Provincia de Bs.As. Lleva doce largos años en esta escuela haciendo lo que le gusta.

Su escuela cuenta con una matrícula de 17 alumnos en Nivel Primario e Inicial. 

Fabiana es una gran docente y sus testimonios dan cuenta de ello. Sus alumnos viven en zona rural, sus papás se sostienen de changas, hornos de ladrillos y con suerte otros realizan trabajos de campo. 

¿Se imaginan lo que fue para esa comunidad educativa, en tiempos de pandemia buscar nuevas prácticas pedagógicas? 

En las charlas y entrevistas que tuvimos con la Directora de E.P N° 19 quedamos anonadadas acerca de todo el esfuerzo que la docente realizó para poder llegar a sus alumnos, ninguno de ellos con conectividad, sus situaciones económicas son de muy bajos recursos, pero no fue imposible para esta docente de gran experiencia en su campo laboral.

“Lo social demanda más que lo pedagógico” palabras textuales de una guerrera alcanzando sus sueños y el de sus alumnos.

Cuando le preguntamos a Fabiana que experiencias pedagógicas podría contarnos acerca de este tránsito tecnológico-pandémico, su cara fue de suspiro y satisfacción.

“Fue muy difícil para mí el comienzo de la pandemia, mis alumnos no cuentan con internet. Acordamos un día de la semana para que los papás retiraran las tareas en la escuela y otro día para la entrega. Pero tanta rutina  llevó a los papás a solo retirar las actividades el mismo día que se hacía entrega de los bolsones comestibles. Solo tienen un celular por familia en los cuales hacen cargas por tarjetas y es el único medio que pueden utilizar ante una emergencia. Realmente son familias de bajos recursos pero no impidió que no pueda seguir con mi plan de clases, si la tecnología no era el camino, entonces camino al andar -se sonríe- comencé a ir casa por casa, llevaba actividades, útiles, el bolsón comestible y alguna que otra sonrisa para reflejar en la cara de mis alumnos que tanto extrañaba. Algunos desde la puerta, otros de la tranquera, alguna mamá con protocolo invitándome y sirviendo lo poquito que podía darme pero siempre con humildad y calidez. 

Así fue pasando el año, modifiqué toda mi planificación anual, trabajo con el Currículum Prioritario, realizo tarea administrativa tengo una cooperadora que siempre me acompaña y da lo mejor de sí para llevar la escuelita adelante.”

 



Algunas palabras de Fabiana nos hacen pensar en esas experiencias que podemos implementar, como docentes, como alumnos y quizás también, como seres humanos que somos.

Todos los años por el Día del Niño Fabiana se acuerda de sus alumnos y la pandemia no fue la excepción. Como cada año junto a su cooperadora compraron “zapatillas”, sí zapatillas. Porque para Fabiana la práctica pedagógica se trasladó a la casa de sus alumnos y ella sostiene que: “Le preocupa más que el alumno coma aunque le cueste aprender”.

Son historias, son relatos, testimonios de docentes que nos llevaron a pensar en estas experiencias que siempre nos marcan, dejan huellas de aprendizajes y porque no implementarlas. 

 


Dussel nos dice en “La escuela y las nuevas alfabetizaciones” que cada época produce y reproduce cultura. Cada vez es más necesario que la escuela proporcione otros conocimientos para moverse mejor, más fluidamente y de forma más rica y relevante, en los saberes que proporcionan las nuevas etapas, como lo es la tecnología. Estas traen nuevos interrogantes a la escuela y requieren diversificar aquellos soportes sobre los que se alfabetiza. Quizás la tecnología hubiese sido un punto de conexión para aquella escuelita de Coliqueo, para Fabiana y sus alumnos.  

Los saberes considerados indispensables deberían ampliarse para incluir los saberes, relaciones y tecnologías que hoy son dominantes en nuestra sociedad y formar a las nuevas generaciones para que puedan vincularse con ellas de maneras más creativas, libres y más plurales. 



Alumnas: Ramírez Eliana- Farisano Gisela.


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