jueves, 19 de noviembre de 2020

COMUNICACIÓN, CULTURA Y EDUCACIÓN EN LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN

 

Comunicación, cultura y educación, tres conceptos que están fuertemente ligados, que se pueden relacionar muy bien. La comunicación supone una relación de intercambio entre seres humanos, que tienen por objetivo el encuentro entre ellos, establece una relación que se caracteriza por el hecho de que siempre implica poner algo en común, es transmisión, pero también podría decirse que es compartir. La Comunicación debe ser considerada como un conjunto de procesos al interior de las comunidades, que atraviesan cuestiones de identidad, representación, producción de significados, integración cultural, transmisión política y adopción de nuevos lenguajes.

La educación es un espacio de comunicación, sin comunicación no hay educación tiene que a ver, aunque sea una persona que comunique, ya sea personal o virtualmente para que el otro aprenda, por lo tanto no se puede pensar la educación por fuera de la comunicación.

Esta también está ligada a la cultura, porque la educación ofrece formas de criterio, de apropiación, de creación, que el individuo toma como propias y va estableciendo de alguna manera su cultura. También cabe destacar que, en las instituciones, de cualquier región, se va enseñando la cultura del país en el cual se haya nacido o se esté viviendo, como los bailes, el lenguaje, la música, las costumbres y de más. La educación está atravesada por la comunicación y la cultura.

Ahora si, hablemos un poco más de Cultura...Existen diferentes autores que describen a la Cultura. Smith nos hace descubrir la cultura como lo que vivimos todos los días. La gente se comunica de la noche a la mañana, sobre todo en el mundo moderno, donde la mayor parte de la gente se gana la vida comunicándose. En la sociedad moderna, la gente se comunica de diferentes maneras, como lo hace la gente de distintas sociedades en todo el mundo. Y la manera cómo la gente se comunica es la manera cómo vive: es su cultura.

James Lull define a la cultura como compleja y dinámica, va cambiando en virtud de la comunicación de rutina y la interacción social. Este autor remarca    que ninguna cultura es inherentemente superior a otra y que la riqueza cultural, en modo alguno, deriva de la posición económica.

La mirada de Néstor García Canclini va más allá de lo cotidiano teniendo en cuenta los aspectos políticos, económicos y sociales.

La Comunicación construye a los seres humanos, partiendo de su socialización, de la transmisión de cultura, valores y creencias, por medio de la familia y del aprendizaje en la escuela y, últimamente, a través de un nuevo protagonista de esta transmisión de cultura que son los medios de comunicación.

Pero a raíz de este nuevo protagonista estamos viviendo una revolución en la manera de comunicar y aprender. Existe aquí un problema ya que la escuela, antes era el centro exclusivo del conocimiento, y la familia como transmisora de valores y socialización, hoy deben competir en ese aspecto con los medios de comunicación, y sobre todo la escuela debe dejar esa actitud inicialmente defensiva de considerarse atacada por el ecosistema, de rechazar a los medios y las tecnologías como “malos”, para encarar una nueva etapa de búsqueda de inclusión e intercambio con esos otros saberes que ya no son sólo de la escuela sino que son parte del intercambio fluido de la comunicación en nuestra sociedad.

Aquí aparece la Educomunicación que surge en América Latina, hace 40 años, a partir de la lucha por los derechos a la expresión, es una forma de organizar la expresión de las personas dentro de la educación no formal, de las organizaciones no gubernamentales y de los sistemas formales de enseñanza. Como se entiende por su nombre, es el encuentro de la educación con la comunicación, algunos ejemplos son el uso de la radio en la escuela, la radio digital vía web, el periódico comunitario, los videojuegos, entornos de aprendizaje en línea, podcasts, blogs, fotografía digital, producción de noticias para publicar en medios libres comunitarios, etc. Esto nos lleva a pensar otro factor de cambio de las nuevas sensibilidades que genera la comunicación, es que, así como la escuela ha dejado de ser el exclusivo espacio del saber, la escritura y el discurso lógico ha dejado de ser la forma de comunicación más aceptada en Occidente, la razón ya no es solamente el factor central de nuestras formas de comunicación, con la aparición estelar del mundo de los sonidos y las imágenes, las palabras han comenzado a retroceder y la racionalidad comparte con la emoción y la expresión las facultades comunicativas.

Esto nos lleva a repensar la educación formal y a aprender más allá del muro de las aulas y los contextos inmediatos con respecto al docente al frente, la lección y el discurso unidireccional. Como dijimos anteriormente, estamos viviendo una revolución en la manera de comunicar y aprender.

Dentro de la sociedad nos encontramos con un gran cambio que involucra a las comunicaciones masivas, hemos pasado de tener una comunicación autoritaria a una comunicación comunicativa, el discurso estaba basado en lo que decían algunos y no había posibilidades de debatir, pero llegaba a una gran audiencia, era una dominación. Ahora todos podemos ser locutores, emisores, receptores, etc., cada uno puede decir lo que piensa y lo que quiera, cuando quiera. Por ejemplo, mediante las redes sociales ya que los discursos no están limitados. Además de la escuela, iglesia y familia, los medios de comunicación de masas también contribuyen en la elaboración de autodescripciones y memorias sociales, a través de las cuales, de manera paulatina, se moldea la percepción de los espectadores con el objetivo de que realmente se crea lo que se observa en ellos.

Daniel Prieto Castillo ha sido una pieza clave en el campo de la educomunicación, refiriéndose al término de Mutilación Discursiva como la negación de posibilidades de práctica discursiva, es decir es cuando se le niega a una persona expresar sus ideas, sentimientos, observaciones, etc., se lo mutila (se lo silencia) y se lo reduce a la ceguedad y a la repetición. Esto lleva a 4 consecuencias: El deslenguamiento que consiste en un estrechamiento de las posibilidades de ese maravilloso instrumento de expresión, sea a través de las imágenes o de las palabras; La reducción a fórmulas estereotipadas consiste en la aceptación de expresiones trilladas, aplicables a cualquier situación; en el hecho de ser hablado a través de ellas. Tales fórmulas abarcan desde un vocablo hasta discursos enteros, conformados por imágenes o por palabras; La palabra vacía de sentido; y la incapacidad de estructurar el discurso.

El autor señala que nadie es causante de la mutilación discursiva. Su existencia se explica por múltiples factores, entre los que no podemos descartar las relaciones familiares, la situación social de los niños, las oportunidades de desarrollo discursivo a lo largo de los primeros años de vida. Lo cierto es que la escuela y los medios, en sus tendencias generales, no facilitan la capacidad discursiva, la capacidad de moverse con soltura, con fluidez, en cualquier tipo de discurso, con su riqueza expresiva.

Un ejemplo de este término, capacidad discursiva, es la novela de “Mujer y Maestra”, donde Mercedes una maestra con gran capacidad de expresión, cuestionaba contenidos y valores asignados por el Estado, a diferencia de otras maestras de la época (década de 1920) como lo era Rosa del Río, una máquina estatal donde el imaginario de esta maestra se forma en un marco institucional fuertemente voluntarista en sus operaciones de imposición de una cultura.

Anteriormente, se tenía una visión de la escuela un tanto transmisora, es decir transmitir contenidos, meterlos en la cabeza de los niños. A su vez, no se tenía en cuenta los conocimientos previos de los niños y sus intereses, cosa que en la actualidad, se valora y se respeta muchísimo y la enseñanza parte de ellos. Hoy en día, se pretende que se liberen las mentes, que haya una reflexión por parte de los alumnos, que puedan sentir y pensar. La libertad de nuestros alumnos es una fuerza mucho más potente que su sumisión. El docente y la escuela que entiendan esto tendrán todo a su favor para conquistar su pasión por el aprendizaje.

Profundizando el rol de la escuela en la actualidad, el autor, Axel Rivas, plantea ciertos aspectos positivos dentro de nuestro actual sistema educativo argentino. Considera el derecho a poder acceder todos a una educación, a tener diferentes niveles educativos, en los cuales se le da mucha importancia a los intereses y capacidades de los alumnos, formando sujetos críticos con libertad de expresión.

Un ejemplo muy claro de la libre expresión, es el sistema educativo de Finlandia, en el cual se le da mucha importancia a la educación, no sólo desde lo nominal, sino también desde el presupuesto que se le destina; el aprendizaje se complementa con momentos de juego y de descanso. Los niños no comienzan el colegio hasta los 7 años, momento en el que se los considera maduros para aprender. Las jornadas educativas son más cortas, los estudiantes realizan todas sus tareas dentro de la institución y no en el hogar. En Finlandia no hay repetición de los alumnos, no existe el sistema de fracaso individual que humilla a los alumnos, si no que el objetivo es que los alumnos puedan mirar los problemas con distintas perspectivas, afrontarlos y usar herramientas de distintos tamaños para resolverlos. La educación es estatal y contiene un modelo que apoya una cultura basada en esfuerzo e igualdad, es decir, trata de darles buenas posiciones a todos.

En nuestra sociedad argentina, surge un problema respecto de los medios de comunicación y las familias. Los medios se volvieron fuertes y las familias débiles, aquí nos referimos al concepto de “Espesor cultural”, es decir, lo que los miembros de una familia atesoran a lo largo de su convivencia, tanto de la o las personas adultas que sostienen esa célula social como de las y los niños. Debemos ese concepto a Valerio Fuenzalida, investigador chileno de los medios de comunicación, en especial de la televisión. Fuenzalida encontró que quienes han tenido mayores oportunidades culturales en su familia, están mejor preparados para elegir dentro de la oferta televisiva, porque tienen otros referentes que no los colocan como simples consumidores. El espesor cultural significa tiempo para la conversación, para la caricia, para el afecto, para la lectura, para el juego, para los paseos, para los silencios. Y todo ello se sostiene en el tiempo que los miembros de la familia puedan dedicarse unos a otros.

Cuando madres y padres son lanzados a la calle para sobrevivir, cuando se derrumban espacios de intimidad, se pierden empleos, se peregrina en busca de un techo, la posibilidad de construcción de cultura familiar, de desarrollo del espesor de la misma, tienden a debilitarse.

Las instituciones de la cultura mediática nos hablan desde personajes que se presentan como legitimados por la audiencia y por su continuidad en la pantalla. ¿Cómo llegan a ocupar esos espacios? ¿De dónde vienen? ¿Quiénes los sostienen? ¿Qué persiguen con sus programas? Una síntesis. Los responsables de las familias abren las puertas de sus espacios más íntimos a la cultura mediática porque:

→ no se han capacitado para enfrentar críticamente esa oferta

→ se ha reducido el espesor cultural de las familias

→ las familias argentinas han sido agredidas por una terrible violencia económico-política

→ los medios se alzan, en situaciones como las que venimos viviendo, como instituciones no abandonantes en momentos de abandono generalizado

→ el poder económico tiene mil recursos para entrar en todas partes, incluida nuestra intimidad.

Las condiciones de posibilidad de irrupción de los medios en nuestra vida íntima pasan por el poder de la oferta, por su capacidad de seducir, por su continuidad, pero también por lo que nos viene ocurriendo como grupos humanos y como país.

Pensamos que la escuela tiene que recuperar ese capital cultural en los alumnos y sus familias creando un espesor, volviendo a las familias fuertes frente a los medios que se involucran en nuestras vidas ideando sujetos críticos con un pensamiento liberador para aceptar con docilidad lo que los medios imponen. La escuela debe poder generar una abundancia simbólica apoyándose en recursos que la vuelven más atractiva, como lo hacía Rosa del Río en sus tiempos de directora, pero de una forma más democrática y consensuada y así poder eliminar la pobreza simbólica.

ALUMNAS: Mendez Rocio, Gimenez Yanina

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