viernes, 20 de noviembre de 2020

ESCUELA Y DESIGUALDADES.

 Nombre: Tatiana Álvarez 

Año 2do año de educación primaria 

Prof: Cecilia Irurtia 

Materia: cultura, comunicación y educación

Actividad: “Trabajo Práctico Final”.

Opte como tema principal “Escuelas y Desigualdes ” para realizar.


 “ ESCUELA Y DESIGUALDADES ” DIFERENTES PERO IGUALES.

En el presente texto vamos hacer referencia  sobre la escuela

La escuela funciona desde una lógica diferentes a la de los medios de comunicación representantes del discurso  con los que compite a diario por la atención de los niños y jóvenes. Si bien existe por la presencia de los estudiantes, éstos acuden a ella por obligación social, Estamos ante una institución cuya fundamental característica es la de contar con un público asegurado como se dice de “ antemano” La escuela es sumamente importante para todos los ámbitos de la vida. Es por ello que se dice que la escuela, enseña a un “público asegurado” ya que al ser tan esencial, se dejan de lado otras cuestiones, una familia podrá dejar de comprar un diario o una revista, pero intentará siempre enviar a los niños a las aulas. Y lo hará por obligación social (las leyes, el Estado, así lo mandan) y por convencimiento (la necesidad de una instrucción elemental, de un título para sobrevivir en estos tiempos).  La escuela habla, hace hablar y habla con los niños, pero con la pretensión de

que hablen como ella.

Ahora hagamos referencia a la desigualdad, la escuela ya recibe una población totalmente desigual, y si a su vez ofrece alternativas que acentúan las desigualdades originales, los resultados no pueden ser muy distintos.

Si se analiza de ese modo, se concluye que hay que enfrentar a fondo las causas últimas de las desigualdades en el contexto, y por ende revisar todo el modelo económico-social.

Asimismo, ver cómo democratizar las oportunidades reales para que todos estudien y a buen nivel. 

¿Qué podemos hacer, como agentes del Estado, frente a estas desigualdades?

Yo creo que si bien la escuela por sí sola no puede modificar esta diferencia, puede ayudar a no naturalizarla. 

(Esta imagen imagen refleja los miedos que tiene este niño a empezar su primer día de clases)

Bien ahora vamos hablar un poco sobre la actualidad, lo que está pasando con la pandemia en el mundo, La educación a distancia resulta una solución desigual, y eso se debe a que un alto porcentaje de los hogares en Argentina no tienen acceso a Internet, la cuestión es entender que no es lo mismo la enseñanza remota y la enseñanza remota en emergencia, dado que de un día para el otro cambió el modo en que se dictan clases, y eso requiere de herramientas pedagógicas diferentes. Cursar en tiempos de pandemia, en cualquiera de los niveles de la educación supone problemas nuevos y plantea una serie de debates sobre el uso de tecnología que hasta ahora eran sólo conjeturas de unos pocos.

Sin embargo, cabe preguntarse ¿ Por cuánto tiempo se puede sostener este método de trabajo?

En el marco de hogares en situación de hacinamiento y con problemas graves de saneamiento, con bajo clima educativo, que experimentan estresores como la carencia de ingresos y alimentos, problemas de adicciones y violencia intrafamiliar, entre otros.

 Axel Rivas habla en su libro que entre 1975 y 2003  fue donde más estalló la desigualdad y la pobreza.

También cuando leemos las lineas de los textos de Beatriz Sarlo  podemos notar la desigualdad que había en ese entonces (https://drive.google.com/file/d/1F4_LkQqZbnXtc-cFb1--Vygzs_SrOj8H/view)  hoy pareciera mínimamente haberse disminuido,al menos a diferencia de otros momentos históricos, la gran mayoría de los niños en nuestros pais, asisten a la escuela.

Bueno como para cerrar este tema tan importante los invito a que lean “ ¿ Como enfrentar la pobreza y la desigualdad de bernardo Kliksberg?” https://www.pagina12.com.ar/especiales/archivo/bernardo_kliksberg/010-KLIKSBERG.pdf, https://www.pagina12.com.ar/especiales/archivo/bernardo_kliksberg/014-KLIKSBERG.pdf ).


Desigualdad, nuevas modalidades y distintas realidades

La pandemia del coronavirus ha desatado muchos problemas y ha puesto en evidencia muchos preexistentes, uno de ellos: la desigualdad. En materia educativa, estos problemas anteriores han quedado evidenciados de la manera más fuerte.
No se trata sólo de pensar los cambios y continuidades en términos del par igualdad-desigualdad a partir de ejes clásicos o persistentes como el género, la clase o el poder sino más bien intentar comprender la complejidad que adquiere la desigualdad en las sociedades actuales. No es novedad que la cuarentena implica una desorganización del tiempo tal como lo conocíamos. El sistema educativo durante el COVID-19 desordena aún más sus funciones, una de sus tareas centrales se relaciona con la regulación del tiempo. El uso específico de un tiempo y espacio escolar es una de las piezas que no sólo diferencia los espacios de trabajo y de juego, sino que define ciertos momentos, días y épocas como más aptos para la enseñanza. 
A partir de esta nueva modalidad de educación a distancia a través de aplicaciones de videoconferencia y plataformas educativas se constituyen modalidades cada vez más utilizadas. Se trata de un recurso accesible para una minoría de estudiantes, no todos cuentan con los recursos materiales como una computadora y servicio de conexión a internet. La mayoría de los estudiantes son de clase social media/baja, no tienen recursos, quizás son chicos con muchas necesidades que debido a su condición social no pueden satisfacer, familias numerosas, la mayoría niños, donde hay un solo celular en la casa, no tienen acceso a internet ni la ayuda de un familiar que los acompañe en sus aprendizajes. La desigualdad educativa no solo pasa por la tecnología, hay dos realidades distintas, por un lado, hay familias que no pueden acompañar a los chicos, ayudarlos a hacer las tareas, porque no solo carecen de formación, sino también de espacio en sus viviendas para poder dedicarse al estudio. Y, por otro lado, tenemos a las familias donde hay más de una computadora o celular en sus casas, familiares que acompañan, comodidades para estudiar, padres que pueden dedicar tiempo a enseñar o ayudar a sus hijos con las tareas, etc. A partir de esto se puede hacer referencia a lo que dice Bourdieu sobre el capital económico, social, cultural y simbólico...  se trata de una acumulación propia de una clase, que, heredada o adquirida mediante la socialización, tiene mayor peso en el mercado simbólico cultural, entre más alta es la clase social de su portador. El capital económico habla de tener cierto control sobre recursos económicos. Este tipo de capital es convertible en dinero, y es una fuente esencial del poder político y la hegemonía. 
El capital social habla de los recursos por lo regular intangibles basados en pertenencia a grupos, relaciones, redes de influencia y colaboración. Bourdieu describe el capital social como "un capital de obligaciones y relaciones sociales”. 
capital cultural son las formas de conocimiento, educación, habilidades, y ventajas que tiene una persona y que le dan un estatus más alto dentro de la sociedad. En principio, son los padres quienes proveen al niño de cierto capital cultural, transmitiéndole actitudes y conocimiento necesarios para desarrollarse en el sistema educativo actual. Es lo que diferencia a una sociedad de otras. se adquiere y se refleja en el seno familiar y se refuerza en las escuelas y situaciones de vida diaria. 
Bourdieu también habla del capital simbólico, que consiste en una serie de propiedades intangibles inherentes al sujeto que únicamente pueden existir en medida que sean reconocidas por los demás. Es el prestigio acumulado o poder adquirido por medio del reconocimiento de los agentes del campo. 
Hoy vemos la desigualdad a través de la conectividad, pero también tenemos la desigualdad que nos viene golpeando hace años, que es la cultural y económica, como dice Kliksberg el 95% de los niños empieza hoy la primaria, pero el 14% no la termina. Ellos pertenecen casi al 20% de la población más vulnerable. en algunos de los países con menor presupuesto educativo, el problema es aún mucho más agudo. Como bien sabemos sin la primaria, ni el secundario completo no hay futuro laboral alguno para las personas. Tanto el sector público como las empresas privadas piden actualmente diploma de secundaria incluso para trabajos manuales, los que no terminan la secundaria no tienen “empleabilidad”. Damos como ejemplo a la ciudad de México, sólo el 40% de los jóvenes termina la secundaria. En el 20% más rico de la población finalizan la secundaria el 86% de las mujeres y el 81% de los hombres. 
Hay una transmisión intergeneracional de estas cifras. Entre los jóvenes cuyos padres no terminaron la primaria, finalizan la secundaria sólo tres de cada 10. 
Entre aquellos cuyos padres son graduados universitarios la terminan nueve de cada diez. Los factores que llevan a los pobres a desertar son muy concretos. Entre ellos, un 16% de los niños de la región padece de desnutrición crónica, no pueden rendir en la escuela. Un 11% de los menores de 14 años trabaja, esclavitud infantil y que lleva a la deserción. La pobreza tensa y destruye las familias. La desarticulación familiar incide agudamente sobre la deserción, la repitencia y el rendimiento.  El problema no es sólo estar en la escuela sino con qué conocimientos se sale de ella. 
Esto va a ser muy diferente según como el número de horas de clase anuales y la preparación, motivaciones, capacitaciones y tiempos de dedicación de los maestros. También incidirán los recursos para el aprendizaje, la infraestructura de la escuela, su equipamiento en bibliotecas y en informática. lo que aprenden los alumnos varía totalmente según concurran a una escuela privada, a una pública urbana o a una rural. 

Virtualidad, ¿al alcance de todos?

 Al comenzar este 2020 nunca pensamos el año que el universo tenía preparado para nosotros, todo iba bien hasta que llegó marzo. ¿Qué sucedió en marzo? AISLAMIENTO PREVENTIVO Y OBLIGATORIO, no podíamos salir de nuestras casas por un pequeño pero maligno virus llamado covid-19, màs conocido como “coronavirus”. Como consecuencia de esto, tuvimos que obligarnos a entrar en la virtualidad, es decir, videollamadas para ver a la familia y amigos, trabajar conectados y también nos tocó cursar on-line, niños de jardín, de primaria, secundaria y también los profesorados y demás carreras se adaptaron a este medio.

Y ahí es adonde quiero llegar, a que la virtualidad muchas veces no está al alcance de todos, no todas las familias son iguales, no todos tienen la misma realidad, algunos la tienen mas fácil por así decirlo, mejor estabilidad económica, hay familias en las que cada uno puede tener su espacio, su computadora, su celular, y otras en las que no es tan fácil ni hay recursos tecnológicos, y se dificulta el poder aprender. 

Estas diferencias no se dan justamente por esta pandemia o por recursos económicos, sino que se dan a lo largo de los años, volviendo un poco atrás, recordamos a Rosa del Río, hija de un sastre, criada en la pobreza, que pudo superar las dificultades, estudiar para maestra, recibirse para luego ser directora y enseñar a miles de niños, nacidos aquí y también inmigrantes, dando lecciones de higiene (recordando el rapado de cabezas en el patio) y también de patriotismo ( para un acto escolar hizo que los niños tuvieran cintas celestes y blancas del color de nuestra bandera nacional).  

Volviendo a la actualidad, el término meritocracia está en el aire últimamente, en el diccionario se la define como un sistema de gobierno en el que el poder lo ejercen las personas que están más capacitadas según sus méritos, pero el rapero Wos no está de acuerdo con eso, según sus palabras, él no cree en ese concepto y lo explica con su propia experiencia. "Estoy donde estoy en este momento porque tuve esas oportunidades de las que hablo. Porque pude estudiar, pude ir a competir con la panza llena, porque no tengo que cuidar a mis hermanos, y pude tener una constancia en el rap porque me escucharon por como soy, y no me juzgaron como hacen con otros pibes"-Redacción Rosario Plus.

Y si hablamos de diferencias y meritocracia, en la bibliografía nos trasladamos a Angela y María, dos chicas de la misma edad, pero con diferencias totalmente marcadas desde su nacimiento, María viene de una buena familia, tiene condiciones y es de la alta sociedad, no tiene necesidades, tiene una excelente relación familiar, no sufre ningún tipo de marginación y/o discriminación. En cambio Angela es clase media baja, no tiene recursos, quizás con muchas necesidades que debido a su condición social no puede satisfacer,  no tiene una buena relación con su madre, hay un padre ausente, su grupo es reducido, es marginada por la sociedad por su apariencia y por su grupo social. Hay casos en los que se superan las adversidades como en el de Rosa del Río, y otros en los que no hay progreso, se repiten patrones familiares, etc. Bernardo Kliksberg sostiene que la sociedad debe ayudar a los padres trabajadores pobres, legión en América latina, para que puedan cumplir sus misiones familiares. Ello exige, entre otros aspectos, trabajo decente, flexibilidad, multiplicación de los hogares de cuidado diario, educación preescolar universalizada, apoyos para la atención a los adultos mayores, y ampliación y plena implementación de las instituciones protectoras de las madres.- Libro: ¿Cómo enfrentar la pobreza y la desigualdad? Capítulo 14, publicado por Página 12.

Hoy en día  el 97% de los niños no volvieron al aula, es un año en el que perdieron vínculo con los docentes y compañeros, y muchos de ellos perdieron el año escolar por no contar con recursos tecnológicos o por padres que no estuvieron acompañaron el proceso educativo de este año tan particular.

Según Unicef, el COVID-19 está privando al 97% de los y las estudiantes de América Latina y el Caribe de su escolaridad normal (137 millones de niños, niñas y adolescentes) y aún no tienen una fecha para la reapertura de las escuelas.  Pese a los esfuerzos de los gobiernos, solo 1 de cada 2 niños, niñas y adolescentes de escuelas públicas tiene acceso a educación a distancia de calidad en el hogar, en comparación con 3 de cada 4 niños de escuelas privadas. Existe la posibilidad de que más de 3 millones de niños, niñas y adolescentes nunca regresen a la escuela, mientras que es probable que la matriculación escolar de los y las estudiantes primerizos disminuya en más del 1,8 por ciento.-Fuente: https://www.unicef.org/lac/educacionenpausa#this 

Según Unicef, el COVID-19 está privando al 97% de los y las estudiantes de América Latina y el Caribe de su escolaridad normal (137 millones de niños, niñas y adolescentes) y aún no tienen una fecha para la reapertura de las escuelas.  Pese a los esfuerzos de los gobiernos, solo 1 de cada 2 niños, niñas y adolescentes de escuelas públicas tiene acceso a educación a distancia de calidad en el hogar, en comparación con 3 de cada 4 niños de escuelas privadas. Existe la posibilidad de que más de 3 millones de niños, niñas y adolescentes nunca regresen a la escuela, mientras que es probable que la matriculación escolar de los y las estudiantes primerizos disminuya en más del 1,8 por ciento.-Fuente: https://www.unicef.org/lac/educacionenpausa#this 

A lo que quiero apuntar es, ¿Es posible como sociedad proponer un sistema meritocrático, solo porque algunos logran superarse, o porque algunos logran llegar a “la meta”? yo creo que no, que como sociedad nos queda mucho por hacer, por aprender, y por acompañar a los que no pueden acceder a las posibilidades de crecer, es necesario como sociedad proveer esas posibilidades para todos, en la situación que sea, espero que esta pandemia sirva para valorar , en todos los aspectos y también para poder darle más posibilidades a quien menos tienen y más la necesitan.


jueves, 19 de noviembre de 2020

Escuela y desigualdades: ¿Qué oportunidades tenemos?

¿En qué pensamos, cuando pensamos en la escuela?

La escuela es la gran antorcha colocada en medio de las tinieblas de la ignorancia; en su recinto están los maestros, apóstoles de la ciencia, encargados de reunir en torno de ellos a los niños para disipar, con la luz de la verdad las sombras que obscurecen las inteligencias sin cultivo y enseñarles a distinguir el bien del mal, grabando en sus corazones los medios de practicar la virtud y huir del vicio.

Sarlo, B. (2001). La máquina cultural. Fragmento "La escuela" Juan Ferreyra 1901 (p. 18). La Habana: Casa, Fondo Ed. Casa de las Américas.

La escuela es la institución específicamente educativa creada expresamente para cumplir la función pedagógica de transmisión de conocimientos y la adquisición de habilidades y aptitudes intelectuales.

Antes… Ahora… ¿Siempre hubo escuela? Y si la hubo ¿Siempre fue y sigue siendo igual?

La escuela no es un fenómeno natural, sino que constituye un fenómeno histórico y social: no siempre hubo escuela y menos aún, como hoy la conocemos.

Un edificio con ciertas características, aulas, patios, salas de profesores, bibliotecas, un mástil, un timbre, una portera, guardapolvos, saludos a la bandera, cuadernos, carpetas, pupitres, pizarrones, escritorios, planificaciones, diseños, libros, cuadernos de comunicaciones, sanciones, amonestaciones; estas y muchas más son cosas que encontramos en la escuela, que componen a lo que conocemos como escuela.

Brevemente destacaremos algunas características principales de la escuela y educación de antes y la actual.


La educación de antes era una educación bancaria, es decir, una educación donde el docente era quien depositaba contenidos en la mente del alumno, una mente en la que se consideraba que previo a su paso escolar no traía nada consigo.

La institución estaba regida por leyes y normas y la figura del docente en esta era la más respetada, jamás podrían cuestionarse las prácticas que este ejercía.

Algunos recordarán, verse sentados cada uno en sus pupitres inmóviles, silenciosos y temerosos de ese docente al frente de la clase o que merodeaba entre los bancos.


Indiscutiblemente esta educación tiene sus diferencias con la actual ya que los sistemas de educación han cambiado a lo largo de los años.


En la educación actual tanto el docente como el alumno son quienes poseen el conocimiento, pudiendo generarse entre estos un rico intercambio.

Aunque esta educación o las instituciones actuales se siguen rigiendo por leyes y normas han perdido la autoridad tan característica de la escuela tradicional y la de sus maestros.

Algo impensado en otros tiempos está sucediendo, el rol y la figura del maestro está en tela de juicio todo el tiempo, surgiendo cuestionamientos acerca de sus prácticas.

Los niños de esta escuela, tienen un cierto libertinaje dentro del aula, no están todo el tiempo con la cabeza dentro de un libro y no acatan al 100% las órdenes del docente.


Pero si hay algo en común entre la escuela de antes y la de ahora,  es que en ambas se hicieron presentes las diferentes clases sociales y todo lo característico a ellas.

Clases bajas, medias, altas han sido parte del sistema educativo a lo largo del tiempo, pero entre los niños de estas clases existe una amplia inequidad social; la desigualdad de oportunidades para acceder a bienes y servicios como vivienda, educación o salud son factores fundamentales en su desarrollo.

Claro está que las clases sociales altas, tienen mayores posibilidades de acceder a una buena educación, pero en las clases sociales bajas a los niños se les dificulta acceder a la educación, debido a la falta de recursos o posibilidades socioeconómicas; pocos también son  los niños que acceden a una institución educativa, y muchas veces son la primera generación de su familia que logra acceder a esta y además lograr tener un título.

¿La escuela genera una desigualdad entre los niños de las diversas clases?

Como señala Trucco (Cepal, 2011): “En vez de que la oferta educativa cumpla la promesa y la expectativa de revertir las desigualdades sociales de origen, lo que está haciendo es reproducirlas”.

El problema no es sólo estar en la escuela sino con qué conocimientos se sale de ella. Ello va a ser muy diferente según factores como el número de horas de clase anuales efectivas, y la preparación, motivaciones, capacitaciones y tiempos de dedicación de los maestros. También incidirán los recursos para el aprendizaje, la infraestructura de la escuela, su equipamiento en bibliotecas y en informática. Todo ello varía profundamente en buena parte de la región, creando circuitos de calidad diferenciados. Como consecuencia de todo lo anterior, lo que aprenden los alumnos varía totalmente según concurran a una escuela privada, a una pública urbana o a una rural.

Kliksberg, B. (2014). "¿Cómo enfrentar la pobreza y la desigualdad?" "Educación pobre para pobres" (p. Cap 10).

Aquí el punto es  que  la escuela, como institución del Estado, es la responsable de achicar esas brechas... No deberíamos naturalizar que las clases altas puedan acceder a una mejor educación.

Pero esta vez no solo la escuela es quien está incrementando esta brecha, llegó el año 2020 y consigo trajo una pandemia que nos obligó a todos a permanecer aislados en nuestras casas. El recurso que ganó en esta incertidumbre de cómo mantener la continuidad pedagógica,  fue la tecnología,  plataformas como Classroom, Zoom, Meet, grupos de WhatsApp y probablemente algunas otras fueron de las más utilizadas por docentes y niños.

Pero nuevamente se posa frente a nosotros la imagen de la desigualdad.


La pobreza en la infancia deja una estaca clavada en el pecho. Una de las tareas de la escuela es removerla. Es cambiar destinos, abrirlos.

Axel Rivas (2014)- Revivir las aulas 

Para revertir esto, la escuela y los maestros deben partir del reconocimiento de las desigualdades de origen y ofrecer la respuesta adecuada, buscando las mejores estrategias de intervención pedagógica que promuevan la inclusión social, y esencialmente que ayuden a detectar, reconocer, respetar y actuar en virtud de las diferencias entre los alumnos. Sólo de este modo se logrará una escuela que, respetuosa de la diversidad personal y colectiva, brinde a cada uno lo que necesite formativamente, una educación que integre, incluya, comprenda y pueda contener a todos los alumnos.

COMUNICACIÓN, CULTURA Y EDUCACIÓN EN LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN

 

Comunicación, cultura y educación, tres conceptos que están fuertemente ligados, que se pueden relacionar muy bien. La comunicación supone una relación de intercambio entre seres humanos, que tienen por objetivo el encuentro entre ellos, establece una relación que se caracteriza por el hecho de que siempre implica poner algo en común, es transmisión, pero también podría decirse que es compartir. La Comunicación debe ser considerada como un conjunto de procesos al interior de las comunidades, que atraviesan cuestiones de identidad, representación, producción de significados, integración cultural, transmisión política y adopción de nuevos lenguajes.

La educación es un espacio de comunicación, sin comunicación no hay educación tiene que a ver, aunque sea una persona que comunique, ya sea personal o virtualmente para que el otro aprenda, por lo tanto no se puede pensar la educación por fuera de la comunicación.

Esta también está ligada a la cultura, porque la educación ofrece formas de criterio, de apropiación, de creación, que el individuo toma como propias y va estableciendo de alguna manera su cultura. También cabe destacar que, en las instituciones, de cualquier región, se va enseñando la cultura del país en el cual se haya nacido o se esté viviendo, como los bailes, el lenguaje, la música, las costumbres y de más. La educación está atravesada por la comunicación y la cultura.

Ahora si, hablemos un poco más de Cultura...Existen diferentes autores que describen a la Cultura. Smith nos hace descubrir la cultura como lo que vivimos todos los días. La gente se comunica de la noche a la mañana, sobre todo en el mundo moderno, donde la mayor parte de la gente se gana la vida comunicándose. En la sociedad moderna, la gente se comunica de diferentes maneras, como lo hace la gente de distintas sociedades en todo el mundo. Y la manera cómo la gente se comunica es la manera cómo vive: es su cultura.

James Lull define a la cultura como compleja y dinámica, va cambiando en virtud de la comunicación de rutina y la interacción social. Este autor remarca    que ninguna cultura es inherentemente superior a otra y que la riqueza cultural, en modo alguno, deriva de la posición económica.

La mirada de Néstor García Canclini va más allá de lo cotidiano teniendo en cuenta los aspectos políticos, económicos y sociales.

La Comunicación construye a los seres humanos, partiendo de su socialización, de la transmisión de cultura, valores y creencias, por medio de la familia y del aprendizaje en la escuela y, últimamente, a través de un nuevo protagonista de esta transmisión de cultura que son los medios de comunicación.

Pero a raíz de este nuevo protagonista estamos viviendo una revolución en la manera de comunicar y aprender. Existe aquí un problema ya que la escuela, antes era el centro exclusivo del conocimiento, y la familia como transmisora de valores y socialización, hoy deben competir en ese aspecto con los medios de comunicación, y sobre todo la escuela debe dejar esa actitud inicialmente defensiva de considerarse atacada por el ecosistema, de rechazar a los medios y las tecnologías como “malos”, para encarar una nueva etapa de búsqueda de inclusión e intercambio con esos otros saberes que ya no son sólo de la escuela sino que son parte del intercambio fluido de la comunicación en nuestra sociedad.

Aquí aparece la Educomunicación que surge en América Latina, hace 40 años, a partir de la lucha por los derechos a la expresión, es una forma de organizar la expresión de las personas dentro de la educación no formal, de las organizaciones no gubernamentales y de los sistemas formales de enseñanza. Como se entiende por su nombre, es el encuentro de la educación con la comunicación, algunos ejemplos son el uso de la radio en la escuela, la radio digital vía web, el periódico comunitario, los videojuegos, entornos de aprendizaje en línea, podcasts, blogs, fotografía digital, producción de noticias para publicar en medios libres comunitarios, etc. Esto nos lleva a pensar otro factor de cambio de las nuevas sensibilidades que genera la comunicación, es que, así como la escuela ha dejado de ser el exclusivo espacio del saber, la escritura y el discurso lógico ha dejado de ser la forma de comunicación más aceptada en Occidente, la razón ya no es solamente el factor central de nuestras formas de comunicación, con la aparición estelar del mundo de los sonidos y las imágenes, las palabras han comenzado a retroceder y la racionalidad comparte con la emoción y la expresión las facultades comunicativas.

Esto nos lleva a repensar la educación formal y a aprender más allá del muro de las aulas y los contextos inmediatos con respecto al docente al frente, la lección y el discurso unidireccional. Como dijimos anteriormente, estamos viviendo una revolución en la manera de comunicar y aprender.

Dentro de la sociedad nos encontramos con un gran cambio que involucra a las comunicaciones masivas, hemos pasado de tener una comunicación autoritaria a una comunicación comunicativa, el discurso estaba basado en lo que decían algunos y no había posibilidades de debatir, pero llegaba a una gran audiencia, era una dominación. Ahora todos podemos ser locutores, emisores, receptores, etc., cada uno puede decir lo que piensa y lo que quiera, cuando quiera. Por ejemplo, mediante las redes sociales ya que los discursos no están limitados. Además de la escuela, iglesia y familia, los medios de comunicación de masas también contribuyen en la elaboración de autodescripciones y memorias sociales, a través de las cuales, de manera paulatina, se moldea la percepción de los espectadores con el objetivo de que realmente se crea lo que se observa en ellos.

Daniel Prieto Castillo ha sido una pieza clave en el campo de la educomunicación, refiriéndose al término de Mutilación Discursiva como la negación de posibilidades de práctica discursiva, es decir es cuando se le niega a una persona expresar sus ideas, sentimientos, observaciones, etc., se lo mutila (se lo silencia) y se lo reduce a la ceguedad y a la repetición. Esto lleva a 4 consecuencias: El deslenguamiento que consiste en un estrechamiento de las posibilidades de ese maravilloso instrumento de expresión, sea a través de las imágenes o de las palabras; La reducción a fórmulas estereotipadas consiste en la aceptación de expresiones trilladas, aplicables a cualquier situación; en el hecho de ser hablado a través de ellas. Tales fórmulas abarcan desde un vocablo hasta discursos enteros, conformados por imágenes o por palabras; La palabra vacía de sentido; y la incapacidad de estructurar el discurso.

El autor señala que nadie es causante de la mutilación discursiva. Su existencia se explica por múltiples factores, entre los que no podemos descartar las relaciones familiares, la situación social de los niños, las oportunidades de desarrollo discursivo a lo largo de los primeros años de vida. Lo cierto es que la escuela y los medios, en sus tendencias generales, no facilitan la capacidad discursiva, la capacidad de moverse con soltura, con fluidez, en cualquier tipo de discurso, con su riqueza expresiva.

Un ejemplo de este término, capacidad discursiva, es la novela de “Mujer y Maestra”, donde Mercedes una maestra con gran capacidad de expresión, cuestionaba contenidos y valores asignados por el Estado, a diferencia de otras maestras de la época (década de 1920) como lo era Rosa del Río, una máquina estatal donde el imaginario de esta maestra se forma en un marco institucional fuertemente voluntarista en sus operaciones de imposición de una cultura.

Anteriormente, se tenía una visión de la escuela un tanto transmisora, es decir transmitir contenidos, meterlos en la cabeza de los niños. A su vez, no se tenía en cuenta los conocimientos previos de los niños y sus intereses, cosa que en la actualidad, se valora y se respeta muchísimo y la enseñanza parte de ellos. Hoy en día, se pretende que se liberen las mentes, que haya una reflexión por parte de los alumnos, que puedan sentir y pensar. La libertad de nuestros alumnos es una fuerza mucho más potente que su sumisión. El docente y la escuela que entiendan esto tendrán todo a su favor para conquistar su pasión por el aprendizaje.

Profundizando el rol de la escuela en la actualidad, el autor, Axel Rivas, plantea ciertos aspectos positivos dentro de nuestro actual sistema educativo argentino. Considera el derecho a poder acceder todos a una educación, a tener diferentes niveles educativos, en los cuales se le da mucha importancia a los intereses y capacidades de los alumnos, formando sujetos críticos con libertad de expresión.

Un ejemplo muy claro de la libre expresión, es el sistema educativo de Finlandia, en el cual se le da mucha importancia a la educación, no sólo desde lo nominal, sino también desde el presupuesto que se le destina; el aprendizaje se complementa con momentos de juego y de descanso. Los niños no comienzan el colegio hasta los 7 años, momento en el que se los considera maduros para aprender. Las jornadas educativas son más cortas, los estudiantes realizan todas sus tareas dentro de la institución y no en el hogar. En Finlandia no hay repetición de los alumnos, no existe el sistema de fracaso individual que humilla a los alumnos, si no que el objetivo es que los alumnos puedan mirar los problemas con distintas perspectivas, afrontarlos y usar herramientas de distintos tamaños para resolverlos. La educación es estatal y contiene un modelo que apoya una cultura basada en esfuerzo e igualdad, es decir, trata de darles buenas posiciones a todos.

En nuestra sociedad argentina, surge un problema respecto de los medios de comunicación y las familias. Los medios se volvieron fuertes y las familias débiles, aquí nos referimos al concepto de “Espesor cultural”, es decir, lo que los miembros de una familia atesoran a lo largo de su convivencia, tanto de la o las personas adultas que sostienen esa célula social como de las y los niños. Debemos ese concepto a Valerio Fuenzalida, investigador chileno de los medios de comunicación, en especial de la televisión. Fuenzalida encontró que quienes han tenido mayores oportunidades culturales en su familia, están mejor preparados para elegir dentro de la oferta televisiva, porque tienen otros referentes que no los colocan como simples consumidores. El espesor cultural significa tiempo para la conversación, para la caricia, para el afecto, para la lectura, para el juego, para los paseos, para los silencios. Y todo ello se sostiene en el tiempo que los miembros de la familia puedan dedicarse unos a otros.

Cuando madres y padres son lanzados a la calle para sobrevivir, cuando se derrumban espacios de intimidad, se pierden empleos, se peregrina en busca de un techo, la posibilidad de construcción de cultura familiar, de desarrollo del espesor de la misma, tienden a debilitarse.

Las instituciones de la cultura mediática nos hablan desde personajes que se presentan como legitimados por la audiencia y por su continuidad en la pantalla. ¿Cómo llegan a ocupar esos espacios? ¿De dónde vienen? ¿Quiénes los sostienen? ¿Qué persiguen con sus programas? Una síntesis. Los responsables de las familias abren las puertas de sus espacios más íntimos a la cultura mediática porque:

→ no se han capacitado para enfrentar críticamente esa oferta

→ se ha reducido el espesor cultural de las familias

→ las familias argentinas han sido agredidas por una terrible violencia económico-política

→ los medios se alzan, en situaciones como las que venimos viviendo, como instituciones no abandonantes en momentos de abandono generalizado

→ el poder económico tiene mil recursos para entrar en todas partes, incluida nuestra intimidad.

Las condiciones de posibilidad de irrupción de los medios en nuestra vida íntima pasan por el poder de la oferta, por su capacidad de seducir, por su continuidad, pero también por lo que nos viene ocurriendo como grupos humanos y como país.

Pensamos que la escuela tiene que recuperar ese capital cultural en los alumnos y sus familias creando un espesor, volviendo a las familias fuertes frente a los medios que se involucran en nuestras vidas ideando sujetos críticos con un pensamiento liberador para aceptar con docilidad lo que los medios imponen. La escuela debe poder generar una abundancia simbólica apoyándose en recursos que la vuelven más atractiva, como lo hacía Rosa del Río en sus tiempos de directora, pero de una forma más democrática y consensuada y así poder eliminar la pobreza simbólica.

ALUMNAS: Mendez Rocio, Gimenez Yanina

¿EN QUÉ PIENSA UN NIÑO CON HAMBRE SOCIAL?

 


“William es un adolescente, para quien sus padres quieren lo que ellos no han podido tener: una buena educación. Sin embargo, la pobreza se convierte en un obstáculo casi insalvable. Cuando la hambruna golpea Malaui la vida se va complicando para toda la población. Violencia, robos, y hambre amenazan la vida. Sin embargo, William ha encontrado en los libros y en su observación de la realidad que le rodea el indicio de algo que puede salvar a su familia: el viento se puede convertir en electricidad”-Fragmento de la película “El niño que domo el viento”-

Este breve apartado nos invita a pensar la educación en los diferentes ámbitos sociales, por eso nos posicionamos en la temática Escuela y desigualdad, profundizando los diferentes contextos y no necesariamente recorriendo la historia, sino mas bien situándonos en la actualidad.

En este año 2020, la educación se revirtió a los efectos de la pandemia mundial que estamos atravesando, pasó de un modelo educacional de presencialdad a virtualidad. Ahora bien, pensemos en todos los casos de niños que no contaban con internet ni los recursos necesarios para llevar adelante su escolaridad, en todas las notas que nos conmovían en los noticieros, de niños caminando kilómetros para poder tener acceso a internet de un celular compartido entre varios miembros de la familia, e infinidad de grupos escolares. Pensemos en los rurales, en los urbanos, pensemos en la diversidad de niños del mundo que no pudieron acceder al nuevo modelo educacional. Y si… Cuando pensamos en la diversidad, se asoma la desigualdad de oportunidades, ¿Por qué decimos esto? Porque claramente hay una inequidad del sistema político- económico que no permite la escolarización de todos los niños y menos aún la igualdad de oportunidades entre aquellos que sí logran escolarizarse.

El autor Axel Rivas en su libro Revivir la Aulas, refleja los pequeños hábitos silenciosos y cotidianos, que se revelan cuando hacen falta.  Ahora bien, cuando existe la desigualdad de oportunidades y la inmensidad de recursos que no se pueden adquirir en el sentido social, aparece la escuela, para Juan Ferreyra (“El libro de los niños” editado en 1901 y Citado por Beatriz Sarlo (1998) La máquina cultural) en ella se sientan las bases de los valores como la única capaz de transmitir y moldear al individuo en el medio socio cultural que lo rodea. Relacionamos a Rivas y Ferreyra en este punto diciendo que, ambos comparten el hecho que se necesita de un libro para cambiar la educación, las aulas, para que la libertad de pensamiento de cada alumno sea una revolución cultural que libere a los niños y jóvenes. Que al leer, entiendan, piensen y sientan lo que es posible.

Miremos sino el fragmento del Rosita del Rio, en sus orígenes, a pesar de la pobreza de su hogar donde no llegaban los diarios ni se leían revistas, donde aquellos elementos de la cultura de origen de sus padres, estaban asociados a la penuria y a la adaptación de sus orígenes locales, Rosita encontró en la escuela un mundo de relativa abundancia simbólica, mediante historias, mitos, leyendas, mapas, dibujos, pizarrones y papel (entre otros). Recursos elementales y culturales que llevaron a una ideología voluntarista de su trayectoria exitosa.

Miremos el caso de William, quien con un libro salvó a toda su aldea de la hambruna.

 Bernardo Kliksberg, en su libro ¿Cómo enfrentar la pobreza y la desigualdad? , nos hace ver la realidad por la que atraviesan millones de niños en el mundo entero.  En su recorrido nos muestra los diferentes rincones sociales que carecen de educación, detallando datos estadísticos y contando historias de vida que nos dejan perplejos al leerlas, desde esclavitud infantil hasta desnutrición, abuso, indigencia y la inmensidad de dilemas a lo que son expuestos. Y decimos expuestos, por que somos los adultos los encargados de velar por sus derechos.

 

Se nos estremece la piel con los relatos desgarradores de algunos niños, con los videos que circulan en las redes sociales, con los documentales como los de “Cámaras decoloniales” en el relato de Ángela y Maria, dos jóvenes de la misma edad con diferente estatus social, donde podemos observar y dar cuenta que no toda la cultura argentina es igual, por lo que varían sus formas en cuanto a los capitales culturales que se adquieren de las costumbres y generaciones. La pobreza es el camino de la indigencia, enfermedades, adicciones, trabajo forzado, etc. Nos preguntamos más de una vez cómo hace un niño con hambre para pensar que debe escolarizarse, cómo hace para centrar sus ideas en la escuela, si cuando llega a su casa es maltratado, abusado, esclavizado o en su defecto, la escasez simbólica que viven a diario  si nunca vio a sus padres leyendo, si los adultos de su familia no le transmiten el amor por el saber ¿Cómo hace un niño con hambre social para entender que el mejor camino es la educación?

Son relatos y experiencias desgarradoras que al pensarlas nos llevan a una infinidad de preguntas y respuestas imposibles de depurar.

El Estado es el encargado de velar por el bienestar de todos los seres humanos pero mientras allá desigualdad de oportunidades, déficit económico, aumento de desocupados y más incremento de pobreza, va a seguir existiendo la desigualdad por lo que estamos lejos de ser Finlandia.

La esperanza más grande que tenemos es la Escuela, relatos como los de William y Rosita del Rio. Relatos de ejemplos de vida, donde la escuela es la portadora y encargada de sentar las bases de las construcciones sociales. Como dice Ethel Manganiello “Únicamente por la educación el hombre llega a ser hombre.”  

En síntesis, dedicamos este apartado a la centralidad de la escuela, como la única maquina de educar, de formar. Su universalidad la hace natural, por lo que creemos que en ella se sientan las bases educacionales de cualquier sujeto. A lo que remitimos qué,  en un país como el nuestro, con desigualdades tan notorias, la escuela es un refugio y una esperanza para "los públicos cautivos", de los que habla Prieto Castillo,  para los que optan por la recepción y repetición negando a niños y niñas el ejercicio de su propio discurso. Entonces, la necesidad social de un país termina refugiándose en la escuela.

Para finalizar, decidimos publicar este ensayo. La Ministra Soledad Acuña, días anteriores hablo sobre los docentes y el rol que vamos a ejercer, sus palabras fueron muy criticadas por eso compartimos esta carta escrita por Naty Gisela, para que una vez más pensemos en la educación como un camino que direcciona la construcción social y sienta las bases culturales, dejando atrás la desigualdad de cada individuo, para qué éste pueda construirse en el plano educativo y de esa manera poder ser inserto en la sociedad.

CARTA DE UNA DOCENTE A LA MINISTRA SOLEDAD ACUÑA

(Por Naty Gisela)

Vengo de abajo, del mate cocido, de las tortas fritas, del arroz con leche...

Vengo de una familia numerosa, de los exámenes acompañados por una mamá que ceba mate, de los nervios antes de cada parcial, de la plata que nunca alcanza, de laburar sin dormir para poder rendir...

Soy parte de los nadies, de los invisibles, de los que no tienen oportunidad.

Pero, los de abajo, sabemos patear las calles. Caminamos el barrio, pisamos barro. Y llegamos. Llegamos lejos. Llegamos gracias a la Escuela Pública.

Hoy, los pibes y las pibas me dicen "Seño Naty", no me dicen Natalia. Ellos saben que los entendemos, porque la pasamos, y porque creemos que también van a poder.

Creo en ellos. Creo que, como yo, van a poder dejar de ser invisibles, llegar y volar alto...

Soy hija de la Educación Pública y gracias a ella pude ser alguien, aunque antes ya lo era para otros profes que también creyeron en mí.

Los chicos no me dicen profesora, me dicen "Naty" porque eso los acerca, te acerca. Saben que los conocemos, que los entendemos como muchos otros nunca podrán.

Nosotros, los que fuimos pobres, sabemos que se puede llegar, sabemos que podemos. Tenemos CULTURA, MUCHA CULTURA y AMOR que es lo que les falta a los que nunca pisaron una Escuela Pública.

Autoras: Ramirez Eliana-Farisano Gisela


miércoles, 18 de noviembre de 2020

¿EDUCACIÓN PARA TODOS O EDUCACIÓN PARA ALGUNOS?


Desde los comienzos de la escuela en nuestro país se han notado distintos tipos de desigualdades que intentaremos abordar desde diferentes miradas. 

En los comienzos del sistema educativo argentino, se configuró una escuela privada y religiosa, que años más tarde se modificó gracias a Ley de Educación Común y convirtió a nuestro país en una potencia en cuanto a educación en América Latina. Pero esta potencia estaba dividida, por un lado la escuela primaria abastecía a casi quinientos mil alumnos y a secundaria, solo asistían seis mil. Bien dice Axel Rivas: “La primaria simboliza el cuerpo y la secundaria la cabeza”. La primaria era obligatoria porque perseguía el fin que buscó Sarmiento, homogeneizar el país, que todos tengan la misma cultura, conocimiento, el mismo idioma. En cambio la secundaria, era una máquina de selección de las clases dirigentes, para saber quienes iban a gobernar el país. La cabeza maneja al cuerpo. 

No solo su matrícula, ambos modelos de escuelas eran totalmente distintos. Ningún niño pobre podría imaginarse estar en una secundaria, esa escuela era como una herencia de sangre para quienes tenían padres acomodados, cercanos al poder, dueños de tierras o riquezas.  En este sentido la escuela confirmaba el orden social, este sistema educativo era parte de un sistema de dominación: de los pocos con mucho poder hacia lo muchos con un saber básico que les impedían salir de donde estaban. 

El autor de “Revivir las aulas” menciona que las escuelas no eran “blancas palomitas” y que el guardapolvo blanco intentaba tapar estas desigualdades durante la escolarización, pero al terminar esta, esa realidad que sometía a los niños seguía siendo la misma.  Esto mismo se repite en el relato de Beatriz Sarlo, dando el ejemplo de Rosa del Río para tener una mirada generalizada de lo que era la acción docente en esa época. En esta tarea no se intentaba luchar contra estas desigualdades, ellas estaban atadas a los mandatos estatales, que buscaban homogeneizar desde el punto del higienismo, que todos se vean igual con el guardapolvo blanco y las cabezas rapadas, y la alfabetización, que solo terminaran la escuela sabiendo leer y escribir. No se les brindaba herramientas que posibilitaran imaginar otra realidad más allá de las que ellos tenían. 

Hoy en día podemos hablar de estas desigualdades que cada vez son más notables, podemos distinguir y criticar cuando cuando una acción es claramente discriminatoria. Las personas tienen cada vez más actitudes que perjudican a otros, ya no les interesa las personas, solo importa cómo se visten, lo material, el color de piel, donde vive, su religión, sin tener en cuenta los valores y la moral de aquellas. Esto es discriminación.

La discriminacion se puede dar entre personas, cuando se les tiene un trato diferente; pero cuando esto ocurre entre clases sociales se habla de desigualdad social. Los sometidos ante esto siempre son las minorías, sobre quienes los grandes grupos quieren tener control e inhibirlos haciéndoles creer que no pueden llegar a nada. El tiempo pasa, pero esta problemática de dominación se sigue reproduciendo tanto en los planos económicos como en los sociales y culturales.

Esto que mencionamos se trasladó hacia las escuelas con la dicriminación que hay entre los alumnos y, a su vez, desde el sistema educativo hacia las clases sociales bajas apelando a las diferentes teorías que han propuesto las corrientes del orden social, como la teoría del capital humano, el concepto de “meritocracia”, el funcionalismo tecnológico y la pedagogía por objetivos, como respuesta a los logros y fracasos alcanzados por los alumnos. Estas mismas no comprenden ni parten de la base de que la realidad social de los alumnos puede beneficiar o perjudicar la trayectoria educativa de una persona, como lo demuestra el video de “Angela y Maria”. En este mencionado se compara la vida de dos chicas de la misma edad pero con realidades opuestas, analizándolo desde la mirada de Bourdieu podemos dar cuenta de que tanto sus capitales económicos (la posibilidad de tener control sobre recursos económicos), sociales (tipos de relaciones y obligaciones que una persona establece) y culturales (son las formas de conocimiento, habilidades, educación que tiene una persona y que es provisto por la familia) difieren completamente, y que, haciendo un análisis de su capital simbólico (propiedades que son vistas por los demás) se nota una gran desventaja para aquella niña que crece en una villa, pobre de relaciones afectivas, con un capital cultural muy distinto al que intenta reproducir la escuela y sin acceso a muchos bienes económicos, que es un benefactor en este sentido, además de que su crecimiento en ese entorno tan carente en muchos aspectos, perjudicó su desenvolvimiento personal, social y afectivo. Teniendo en cuenta esto, nuestra pregunta recae en: 


¿El sistema educativo tiene en cuenta estas desigualdades que, claramente comprobado, influyen en el proceso de aprendizajes de las personas?.

 

Claramente no, en toda América Latina se reclama contra la inequidad en educación. Un claro ejemplo es el sistema educativo de Chile y la protesta que están llevando a cabo los estudiantes, como vimos en el Capítulo 10 del libro “¿Cómo enfrentar la pobreza y la desigualdad?” de Bernardo Kliksberg, en el que se menciona la problemática de la pobre educación proporcionada por el Estado, luego de recorrer la historia y el porqué de este reclamo nos da la pauta de qué podemos hacer en educación y nos parece necesario citar los siguientes párrafos: 

“La realidad exige consiguientemente que se diseñen vigorosas políticas de mejoramiento de la equidad en educación y que ellas sean un núcleo central de las políticas educativas generales.

En sociedades como las latinoamericanas, con vastos sectores de la población viviendo en la pobreza y la miseria, la educación puede ser una poderosa fuerza de cambio social y devolución de dignidad y esperanza a los pobres o, por el contrario, de persistir las fuertes inequidades que la marcan, será un refuerzo permanente de los círculos perversos que conducen a la exclusión social y la tornan en una situación sin salida.

La educación es una causa colectiva. Debería haber pactos nacionales de los principales actores sociales sobre cómo enfrentar toda la agenda planteada.”

Desde nuestro lugar como docente no podemos mejorar todos estos puntos de vista que respecta a las políticas educativas que deben ser planteadas por los gobernantes, pero podemos accionar reflexionando constantemente sobre nuestras prácticas, estas deben generar cambios y pensamientos críticos en nuestros alumnos aunando por mejorar estas desigualdades, sin tener una mirada diferente hacia nuestros alumnos pero sí sabiendo leer su contexto, teniendo en cuenta y generando oportunidades que hagan a nuestra enseñanza un momento de igualdad para todos.

La inequidad en América Latina

Cejas, Maria Victoria

La educación es un derecho de todos los humanos porque nos ayuda a constituirnos como personas, ser críticos, insertarnos en la sociedad; de ella depende nuestro futuro y el futuro del país. Por eso es importante acceder a una educación de buena calidad, y América Latina está teniendo dificultades para conseguirlo ya que existe una diferenciación entre pobres y ricos.


En nuestro país, la calidad de educación es dispersa ya que en cada escuela se utilizan métodos diferentes a la hora de enseñar, es peor que en sus inicios y los aprendizajes se han devaluado en comparación con los demás países de América Latina.
Axel Rivas, en Revivir las aulas[1] analizó la caída y dispersión de la calidad educativa de Argentina en las últimas dos décadas y dedujo que las causas fueron:
El federalismo educativo, la reforma educativa y la reforma curricular en los años 90, aumento de personas en formación docente y baja del salario, revolución cultural, y el crecimiento de la pobreza y la desigualdad.

Chile es un gran ejemplo porque es el número uno en las pruebas PISA de América Latina, pero sus estudiantes no están conformes con la educación que reciben, de hecho hacen constantes protestas tratando de terminar con la inequidad[2]. Esta desigualdad se da porque existe una brecha entre pobres y ricos, dándoles a estos últimos un mejor acceso a la educación en escuelas privadas, y dejando que los estudiantes de bajos recursos tengan una educación más precaria en las escuelas públicas.
Las clases medias abandonaron las escuelas públicas para estudiar en privadas.
En el caso de las universidades, la mayoría son privadas, haciendo que las personas de bajo recursos no puedan acceder a una educación terciaria o que los estudiantes deban endeudarse por 20 años para pagar una carrera. Este es un tema muy presente en el Chile actual en el que se ganó el plebiscito para reformar la Constitución que databa de la dictadura de Pinochet, quien dictó la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza propulsando la privatización del sistema educativo.

Entonces podemos decir que la calidad de educación que reciban los niños va a depender de si asisten a una escuela privada, pública urbana o pública rural.
En América Latina, dentro de la población pobre, hay niños que no terminan la primaria y en la secundaría el porcentaje aumenta considerablemente.
Es importante que se encuentre una solución a esto porque esos niños y jóvenes que no pudieron educarse correctamente, no tendrán un buen futuro, haciendo que aumente el nivel de pobreza por no tener un título y así no conseguir un trabajo.

Como Pierre Bourdieu planteaba en su libro[3], el capital económico, social, cultural y simbólico están enlazados. Cuando aparece una falla o dificultad en uno de ellos, los demás se verán afectados también. Es decir, si la educación falla (que forma parte del capital cultural), las personas se verán perjudicadas en otros múltiples aspectos de sus vidas.

Entonces, si sabemos que una persona al tomar posesión de un determinado título educativo, tendrá mejores condiciones a la hora de insertarse en la sociedad. Que tendrá mejor calidad de vida y, por lo tanto, su familia también la tendrá. Que esas personas también contribuyen al Estado y a su vez al desarrollo del país. ¿Hasta cuándo habrá que luchar por una educación gratuita, de buena calidad y equitativa? ¿Por qué existe esta distinción entre los grupos de diferentes niveles en la sociedad? ¿Por qué educación pobre para los pobres? ¿Por qué el Estado no invierte más en el sistema educativo para así brindar más oportunidades?

Al haber igualdad en oportunidades, el futuro de las personas dependerá de sus méritos y logros personales. No de su procedencia, de una clase social o nivel de prestigio.

 



[1]

Kliksberg, B. (2011). ¿Cómo enfrentar la pobreza y la desigualdad? Argentina: Página 12.

[2]

Kliksberg, B. (2011). ¿Cómo enfrentar la pobreza y la desigualdad? Argentina: Página 12.

[3]

Pierre Bourdieu, J.-C. P. (1973). La reproducción: Elementos para una teoría del sistema educativo.